Sin embargo, un episodio relatado por su guacharaquero de siempre José Tapia Fontalvo, nos muestra quizás la única ocasión en que su férrea voluntad fue quebrantada. Estaba en Cereté para una fiesta del algodón un 2 de febrero y a Durán lo atormentaba la urgencia de enviar unos recursos monetarios para su casa en Planeta Rica, pero no aparecía ningún parrandero solicitando un toque. Como mandado de Dios, se presento don Roque Guzmán, uno de los grandes bebedores de esa región, inmortalizado por “El cabo Erran” en uno de los clásicos del porro y que lleva su nombre: “Roque Guzmán”. El personaje con su temple habitual y sabiendo que Durán era un abstemio reconocido le ofreció mil pesos si se tomaba una cerveza. Bordeaba el año de 1970, cuando la plata todavía tenía valor y la suma ofrecida era un montón de dinero. Sin dudarlo un instante, Alejo aceptó la oferta y despacho de un solo jalonazo una cerveza costeña. Don Roque pago la apuesta e inmediatamente le ofreció mil más si se dejaba correr la otra, a lo que ‘El negro’ le respondió: “Pero esa te vale dos mil”. Guzmán sacó la plata que en esa época no le faltaba, pero ‘El negro’ escurrió el bulto diciendo que con los mil que ya tengo en el bolsillo yo resuelvo mi problema, y en esta forma frustró las intenciones del simpático personaje que lo único que quería era emborracharlo.
Claro que Tapia me comentó además, que Alejo sintió el efecto de la cerveza, ya que iba muy eufórico, con el ojo brillante, el sombrero a medio la’o y apostando que el era capaz de meterse a la corraleja y sacarle cuatro mantazos al toro, pero con el acordeón y ese día, parrandeando con su amigos cereteanos al animar el toque de sus canciones, no se escuchaba el habitual “OA y APA”, sino un grito constante diciendo ¡SABROSO! ¡SABROSO!
Tomado de la obra: Los secretos del vallenato. En prensa
Escrito por: Julio Cesar Oñate Martínez
Escrito por: Julio Cesar Oñate Martínez
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